lunes, 13 de agosto de 2007

Rocco ravishes Prague



Esta reseña apareció por primera vez publicada en la vieja, fugaz y querida revista universitaria "Espacio y 1/2", que luego reprodujo en paniko.cl. Saludos a uno de los más activos traficantes de porno de mi época secundariay autor de este artículo, el gran Igor Mora.


A la conquista de Praga


Tras un largo recorrido por el persa Bío-Bío llegué por fin al galpón de las películas. Fue ahí, en el rincón más alejado de la legalidad y las buenas costumbres, donde me topé con un neo clásico del mundo pornográfico: "Rocco Conquista Praga". Para muchos, la mejor porno desde la mítica
"Garganta Profunda".

Como toda buena porno, la trama de la película es bastante sencilla. Rocco Sigfredi, interpretando el difícil papel de Rocco, se va por una temporada de vacaciones a Praga, con mucho dinero, poco equipaje y más de 27 cm. de hombría. Lo interesante de esto, es que en la película no hay guión. Todo es natural y espontáneo, como el buen sexo. Por así decirlo, es el dogma que le hacía falta al cine.

Una vez en Praga, Rocco decide dar una vuelta por la ciudad a ver qué le ofrece su nuevo paradero. Por supuesto, las visitas no fueron ni a museos, ni a palacios, ni a bibliotecas, sino que a los puntos estratégicos de la ciudad donde se encontraban las mejores putas. De ahí en adelante la película se vuelve un deleite para el ojo humano. Las primeras adquisiciones de Rocco fueron tres mujeres dignas de cualquier pasarela: dos rubias, además de una delgada y paliducha jovencita de pelo muy negro.

Al volver del tour, las lolitas, que no pasaban de los 19 años (esperemos que dentro de los márgenes legales, aunque no pongo las manos al fuego por Sigfredi) rápidamente se sacaron la ropa para demostrar qué tan rubias o morenas eran. Rocco, como el mejor de los sementales, dominó la situación y les pidió algunos jugueteos entre ellas. Tras los clásicos besitos y tocaciones, Rocco entró en acción y sacó a relucir su herramienta de trabajo, que lo ha convertido en el porno star más cotizado de la última época. Y es que después de verlo, un hombre común y corriente, un chileno medio que toma micro y metro, podría quedar con una depresión que ni con bombas de crecimiento se le quitaría. La cosa es que durante 30 minutos nuestro protagonista entregó lo mejor de sí a las lolitas, lo mejor. Por otro lado, ellas hacían todo por satisfacer al hidalgo caballero.

Para la posteridad quedará la escena en que la morena se sube sobre Sigfredi, que estaba tirado sobre una alfombra de piel de oso (con cabeza incluida), lo mira a los ojos, dice algunas cosas y luego hace un rápido y certero movimiento que la pone de espaldas. Tiempo después supe que esa maravilla era el aclamado "sacapuntas", una pose practicada sólo por las high class de la cama. Vendría a ser algo así como el "látigo" de Ronaldinho, pero versión XXX.

Obviamente, todo esto acompañado de los más estimuladores gemidos y la música más mala, pero cachonda, que uno pueda escuchar.

Aunque quisiera contarles más de este film, no podré. Porque cuando Rocco iba a la reconquista de Praga y le preguntaba de precios a la mina más rica que haya visto en una porno, la imagen se fue a negro. Así que si hay alguien que la haya visto entera, por favor continúe con la crítica. Si de algo hay que desconfiar en esta vida, es en la calidad de las películas del Bío-Bío. Especialmente si se trata de una hardcore.

1 comentario:

Divino Anticristo dijo...

es verdad, este compadre tiene una herramienta viril impactante, sorprendente, muy por sobre cualquier hombre en esta tierra... y más encima escribió un excelente artículo sobre esta película.

tengo el mio!!!